viernes, 5 de septiembre de 2014

Demonios

Extraído de Tumblr

Dado el momento oportuno que se cruza entre el anochecer y el alba es donde se permiten el desvelo de sueños y fantasías tensas y perversas, que no racionan la coherencia o la corrupción de sus actos y destilan flamantemente el veneno de sus pasiones. En ese umbral que no reconoce tiempo y espacio se desatan la ira, la cólera y el dolor en un mismo viaje, a sus espaldas, el desenfreno y el placer amenizan el sufrimiento.

Esperan esos momentos porque pueden ocultarse y no existe la mirada diurna de la sociedad caníbal para sentenciarlos ni ajusticiarlos... porque en ese trecho de horas son libres de toda crítica ajena que pudieran recibir, y por ende, quien no es visto, no puede ser condenado.

Apenas aparece la primera estrella sobre el cielo teñido de negrura, tuerce la llave que los mantiene prisioneros y sin alimento... quizás durante el día hayan recibido alguna pequeña ración para compartir, para someterlos a una riña grupal y analizar así su comportamiento; pero ahora son libres, y con los ojos llenos de ansia y cegados por el instinto que los creó se abalanzan sobre la carne para intentar dar mordiscos.

Se posesionan y toman control de todo pensamiento posible... el cerebro solamente es el timón de sus destinos, las manos, una extensión de sus ideales. Procuran navegar lo más rápido posible, pues no hay tiempo que perder, cada microscópico segundo que dejan pasar es el descontrol llevándoselos por delante.

Al haber elegido minuciosamente el fruto de la degustación no escatiman en abordarlo por completo, kilómetros de seda por recorrer, litro de sangre por calentar hasta el hervor y una consciencia limpia por cubrir de los más espesos y sucios deseos.

La envuelven para sí entre sus tenaces brazos, exhalando el cálido aroma del fuego... con furia desenfrenada quitan y rasgan cualquier envoltorio que pudiera cubrirla... ante sus ojos sorprendidos y casi temerosos destellan una sonrisa tan despiadada y alentadora que tranquiliza; sólo para cumplir su cometido... acto seguido sus dientes encajan perfectamente en la comisura de su cuello, ella desvanece temporalmente, casi desmayada, los ojos se le van de las órbitas y sienten como la abordan esas sensaciones.

Ahora, la mirada es un reflejo exacto del deseo que incinera ambos corazones, que pone en marcha un plan demencial para consumir todos los recursos que tiene a su disposición. Con únicamente la luna como testigo, lo que hasta hace unos instantes eran dos individuos por su cuenta, ahora se volvió una bestia de dos cabezas enfrentadas que se revuelca por el suelo de una habitación, intentando desgarrarse parte del lomo con dos brazos y parte del pecho con los otros dos... que aprisiona su propia cintura con los muslos y contrae la espina en pos del placer. El pelaje se enreda, por momentos intentan desgarrarse las mandíbulas, en otros solamente olfatean su sudor.

Es en ese preciso momento donde el tiempo hace una desaparición mágica, se ausenta de su trabajo y deja gozar a la bestia... hasta que sus licores se mezclen y caigan inconscientes aguardando el amanecer.

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